Ladesertificaciónes ladegradaciónpersistente de losecosistemasde laszonas secasy afecta al medio de vida de millones
de personas. En el año 2000, lastierras secassuponían un 41% de la superficie
terrestre del planeta y albergaban a un tercio de lapoblaciónhumana. Buena parte de las tierras
secas se encuentran yadegradadas, y la
desertificación en curso es una amenaza que se cierne sobre laspoblacionesmás pobres y las perspectivas de
reducción de lapobreza. Por todo ello, la
desertificación es en la actualidad uno de los mayores desafíos
medioambientales. Se ha convertido en un serio obstáculo a la hora de
satisfacer las necesidades básicas del hombre en las tierras secas y provoca
además una pérdida debienestar humano.
Ladesertificaciónse produce, entre otros, por factores
sociales, políticos, económicos y climáticos que contribuyen a un usoinsosteniblede recursos naturales escasos. Tanto
el impacto como el alcance de la desertificación varían enormemente de un lugar
a otro y cambian con el tiempo. Además, siguen existiendo grandes lagunas en
nuestro conocimiento y en el seguimiento de los procesos de desertificación
que, en ocasiones, impiden realizar actuaciones eficaces y con un coste
razonable en zonas afectadas.
Ladesertificacióntambién tiene efectos muy
perjudiciales fuera de lastierras secas; por
ejemplo, puede provocar un aumento en la frecuencia de las tormentas de polvo
que afectan a zonas situadas a miles de kilómetros de las tierras
desertificadas y problemas políticos y sociales a causa de las migraciones
humanas.
En función delgrado de aridezde cada región, es posible prevenir ladesertificacióny recuperar losecosistemas de las tierras secasmediante intervenciones y adaptaciones
concretas. Por lo general, la prevención es un método de lucha contra la desertificación
mucho más eficaz que los intentos posteriores por recuperar zonas
desertificadas, ya que estos son costosos y suelen ofrecer resultados
limitados.
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